Visto desde Papalotla, el cerro no parece tener nada en especial, salvo la capilla que en honor a la Virgen de Fátima se ha edificado en la cima de éste. Sin embargo, en una visita a sus faldas y a la parte frontal que mira hacia el sur, daremos cuenta de una serie de características que un cerro natural no tiene.
Por ejemplo, casi la mitad de la parte frontal tiene una escalinata bien marcada y definida; hoy día se encuentra deteriorada y llena de vegetación, causa por la cual pasa desapercibida.
Un lugar que merece nuestra principal atención se trata de la cima conocida como el cerro del Gavilán, misma que fue construida a base de adobes y un recubrimiento de piedra. Desde este lugar la zona del poblado de Papalotla en conjunto con el Cerro Azteca dejan a la vista un bello paisaje que evoca muchas suposiciones sobre la utilidad del sitio.
El sistema constructivo del cerro presenta también líneas rectas que ayudan a la captación de agua, éste líquido una vez conducido se distribuye a los poblados cercanos: un canal baja para Tepetitlán, otro para San Pablo Jolalpan, uno más para San Lucas y al menos otros dos que se distribuyen en el perimetro del Azteca.
Pero eso no es lo más sorprendente, al salir el sol y ponerse, el espectáculo más grande y monumental hace su aparición. Se trata de las sombras que pueden ser vistas por los poblados de Papalotla, Tulteca, Pentecostés, San Simón, Texcoco, Atenguillo, Tepetitlán, Chiautla y Nonoalco.
La sombra proyectada en la parte frontal del cerro, varía según la hora y la época del año. En ocasiones puede ser visto a Huehuetéotl, el Dios Viejo y del Fuego; esta deidad prehispánica fue una de las primeras a las que se le rindió culto, como sabemos las deidades posteriores más importantes tras la llegada de otros grupos humanos fueron Huitzilopochtli, Quetzalcóatl y Tláloc. Huehuetéotl se representa en cerámica como un anciano sentado, con un adorno en la parte superior de la cabeza que servía para encender fuego, en el cerro la sombra que nosotros vemos se trata de el perfil de la cara de este anciano, son más que claros los rasgos faciales de una persona, identificamos frente, nariz, mentón y cuello. Recordemos que en honor a este Dios prehispánico, se continúa encendiendo el fuego la noche anterior al día 13 de mayo y 13 de octubre, en la parte sur del cerro.
Otra sombra monumental de la mañana se trata de Ocelotl, o jaguar, animal que dentro del simbolismo prehispánico ocupaba un lugar preponderante y se presenta abriendo sus fauces y mirando hacia el oriente, esta misma sombra desde otro ángulo de visión, se percibe como Coyotl, la figura de un coyote aullando con la cabeza mirando hacia arriba y a la derecha si se le ve de frente.
Por la tarde, la figura más representativa es el águila. Un águila que se puede ver tratando de elevar el vuelo de derecha a izquierda y hacia arriba (poniente-oriente). Según nuestros registros, esta sombra sólo puede ser admirada en su conjunto cada cinco años en el mes de diciembre, específicamente el día 12 a las 5:15 de la tarde.
Ahora bien, si nuestra ubicación en las mañanas fuera la cima del Azteca, podríamos observar que la sombra que proyecta el cerro hacia los poblados de San Lucas y Tezoyuca forma otra águila, ésta se encuentra extendiendo sus alas pero se percibe de perfil. no de frente como la descrita anteriormente y mira hacia el valle de Teotihuacán. En otra estación del año, una águila más se proyecta de la sombra del Azteca hacia el Tezontlale, en conjunto, el águila de perfil mira hacia el poniente. Una tercera sombra, da la apariencia de un águila también de perfil, la particularidad de esta sombra es que el ave cuenta con un ojo y mira hacia el valle de Teotihuacán.
Además, desde la cima del Azteca, puede determinarse una cronología de las salidas y puestas del sol en las diferentes estaciones del año, algo así como un observatorio. Nuestros registros apuntan una marcación particular de las fechas importantes con el relieve de la Sierra Nevada.
Una característica más del Cerro Azteca, es la manera en cómo se le mira desde distintas partes del Distrito Federal. Por un lado, desde Papalotla y Texcoco, al Ajusco en conjunto con otras cimas se le puede mirar como un águila emprendiendo vuelo con las alas extendidas de frente. Pues bien, el Azteca en conjunto con las cimas que se encuentran al norte, forma esa misma figura. El relieve puede apreciarse desde la estación del metro Puebla, de la línea 9 que circula de Pantitlán a Tacubaya.
La diferencia de las figuras (sombras y relieves) es que mientras el relieve puede admirarse siempre (en el lugar apropiado), las sombras son acontecimientos relacionados a fechas, que a su vez denotan fiestas, ceremonias religiosas, actividades particulares, y toda una serie de eventos sociales.
