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lunes, 2 de septiembre de 2019

El Cerro Azteca o “Cerrito de las Promesas”. Punto de encuentro entre dos valles.


El Cerro Azteca o “Cerrito de las Promesas”.
Punto de encuentro entre dos valles.
Julio Víctores E.
Introducción
Al hablar sobre el oriente de lo que fuera el gran Lago de Texcoco capta nuestra atención de inmediato el mismo Texcoco y Teotihuacán, por supuesto. Siendo éste último el que es conocido a nivel mundial por su gran ciudad y arquitectura monumental coronada con la “calzada de los muertos”, “la pirámide del sol” y la “pirámide de la luna”.
Pocos son los que conocen el valle Tepetlaoxtoc-Papalotla y menos aun los que saben que ambas comunidades son más antiguas que las mencionadas con anterioridad.
Los famosos arqueólogos William Timothy Sanders y Jeffrey Parsons realizaron trabajos en la región llamada por ellos “valle de Papalotla” o “valle Tepetlaoxtoc-Papalotla”, sus obras que son muy numerosas están en universidades de los Estados Unidos de América.
Principalmente Sanders, apareció en una serie de televisión del Canal Once precisamente sobre arqueología, antes de que fuera editada la revista “Arqueología Mexicana” que aún está vigente. En esos programas se dejaba ver una capacidad de deducción, razonamiento y teorización impresionantes de William Sanders.
Enseñaba por ejemplo a explicar el origen, desarrollo y decadencia de los grupos humanos nativos de américa. Con una facilidad y sencillez que dejaba impactados a los alumnos que tuvo en México de la ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia) y a todos los televidentes de la época.

La conjunción entre dos valles.
Desde hace 4 mil años, en el territorio que actualmente comprende el Estado de México, se desarrollaron importantes culturas que formaron ciudades y complejas organizaciones en los órdenes social, religioso, educativo, político y económico. Sus vestigios nos ofrecen una idea muy clara de la veneración y el respeto que tenían por la naturaleza. (1)

Hacia el 1,300 a. de C. las primeras aldeas fijas del actual estado de México fueron Papalotla, Xalostoc, Tlapacoya, Malinalco, Tecaxic, Los Remedios y Acatzingo.
Las estimaciones realizadas por los especialistas de las dimensiones del gran lago de Texcoco, señalan que sus bordes llegaban hasta el Xiuhtépetl (cerro Azteca), actual municipio de Chiautla y hasta Papalotla. Tepetlaoxtoc se asienta en una loma, lo mismo que las comunidades de Texcoco, Huexotla, Coatlinchán, Chimalhuacán, Coatepec y Tlapacoya.
Este dato es de suma importancia ya que explica el porqué de las construcciones en el Xiuhtépetl (cerro Azteca). Si para llegar del valle Tepetlaoxtoc-Papalotla al valle de Teotihuacán se tenía que pasar por ahí, el lugar debió tener la función de control del tránsito de productos, como diríamos en nuestros días una especie de aduana. Además de que la posición servía también como defensa a las comunidades humanas asentadas en el valle del Acolhuacán.
Ubiquemos primero la época en que éste conjunto de cerros tuvo importancia. Es en el preclásico superior 800-100 A. C. cuando crecen las aldeas, la población y la cultura. Antes de estos años ya existían grupos humanos e intercambios comerciales entre ellos, así como luchas con grupos del norte del valle del actual Estado de México.
Volviendo a la zona que nos ocupa, esto es al norte y al oriente del gran lago de Texcoco. Los poblados antiguos que fueron importantes y para los cuales sería un paso natural el cerro exhiben una ruta conservada hasta nuestros días. De oriente a poniente estaba el tránsito de Tlaxcala o más allá, el estado de Veracruz y sus costas. Que luego de pasar por Papalotla y el cerro Azteca, se podían dirigir por tierra o por agua hacia Tlatelolco o Azcapotzalco en el actual Distrito Federal, Xalostoc en el actual municipio de Ecatepec y por supuesto, al valle de Teotihuacán.
Los poblados actuales que circundan al conjunto de cerros denominado Xiuhtépetl o “Cerro Azteca” son:
·         Al norte municipio de Acolman
·         Al poniente San Lucas Huitzilac y Tlaltecahuacán (Chiautla)
·         Al sur Ixquitlán (Chiautla)
·         Al oriente Tepetitlán (Chiautla), Xolalpan (Tepetlaoxtoc) y Papalotla
El Xiuhtépetl se ubica precisamente al norte y oriente del gran lago de Texcoco. Es una cumbre que sobresale de otras siete más pequeñas en donde inicia la Sierra Patlachique, actualmente parque nacional.
Con el paso de los siglos el lago de Texcoco se fue secando y sus bordes separando más y más del cerro Azteca.

Evidencias que perduran hasta nuestros días.
La principal celebración en su honor (Tláloc) ocurría aproximadamente entre el 15 de abril y el 1° de mayo de nuestro actual calendario, fiesta anual que marcaba el inicio de la temporada de lluvias, cuando toda la élite gobernante acudía con ofrendas, a fin de invocar un año de abundantes lluvias para los cultivos.(2)

Actualmente la festividad en Santo Toribio, Obispo de Astorga, municipio de Papalotla se celebra el día 16 de abril de cada año y dura dos semanas completas. En los poblados cercanos la fiesta patronal sólo dura de 3 a 7 días.
En lo que respecta al Xiuhtépetl, cerro de las Promesas o también denominado “Cerro Azteca”, se ha podido fotografiar evidencias de vestigios arqueológicos como escalinatas de piedra sin utilización de algún cemento, un sin número de montículos distribuidos de manera planeada a lo largo y ancho de todas las cumbres menores del conjunto.
La característica particular de éste conjunto de cerros, es que se encuentra localizada justo al sur de una prolongación imaginaria de la calzada de los muertos de Teotihuacán. Esto no tendría nada de especial si no fuera porque el valle de Teotihuacán precisamente se une al valle de Papalotla en cuanto terminan las superficies altas del conjunto de cerros de la sierra Patlachique.
Prueba de ese proceso es el Río Papalotla, que hacia el 3,000 a. C. desembocaba al lago en Chicomecóatl (actual municipio de Chiconcuac) o en el actual municipio de Chiautla y ahora atraviesa las comunidades de Tlaltecahuacán, Tezoyuca y Atenco.
En el Museo de sitio de Cuicuilco, que fue el primer centro cívico ceremonial de grandes dimensiones al Sur del actual Distrito Federal, capital de nuestro país, se encuentra una estimación de las dimensiones del lago de Texcoco cuando la zona estaba en su apogeo. De la misma forma, se mencionan en el mapa las comunidades o aldeas del norte con quienes se mantenían en contacto a través del lago mismo y por tierra.
La ruta de paso que es el tema propuesto, también deja sus vestigios en los llamados caminos reales, desde el Cerro Azteca se observa perfectamente una traza casi recta desde Papalotla hasta “La Grande” una hacienda muy importante de la Colonia.
Así mismo, ésta ruta nos lleva al puerto del Tepetzingo. Sitio arqueológico que perdura al paso de los años y que servía como puerto y último lugar de la ribera de Atenco a la ciudad de México Tenochtitlán.
NOTAS EN EL TEXTO
(1) y (2) tomados del artículo “Monte Tláloc. Aguas Míticas, cumbres sagradas”. UAEM, Toluca, estado de México. 2010.
BIBLIOGRAFÍA
Aveleyra, Arroyo de Anda, Luis. “El Sacro de Tequixquiac”. Cuadernos del Museo Nacional de Antropología e Historia. INAH. México D. F. 1964
Arqueología y complejidad social en el centro de México. Homenaje a William T. Sanders. En: “Cuicuilco” Revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Nueva Época, Volumen 16, Número 47, septiembre-diciembre de 2009. México, D.F.
“Primeros pobladores de México” en  Revista Arqueología Mexicana. Editorial Raíces, S. A de C. V./INAH. Vol. IX- Núm. 52. México D. F., 2001.
“Enigma de las ciudades perdidas” en  Revista Arqueología Mexicana. Editorial Raíces, S. A de C. V./INAH. Vol. XII- Núm. 67. México D. F., 2004.
“Guía Arqueológica” en  Revista Arqueología Mexicana. Editorial Raíces, S. A de C. V./INAH. Edición Especial 35. México, 2010.
“Procesiones en Mesoamérica” en  Revista Arqueología Mexicana. Editorial Raíces, S. A de C. V./INAH. Vol. XXII- Núm. 131. México D. F., 2015.
Monte Tláloc
Aguas Míticas, Cumbre Sagrada
1a. edición 2010
D.R. © Gobierno del Estado de México
Sebastián Lerdo de Tejada núm. 300 pte., Col. Centro
C.P. 50000, Toluca, México
http://www.edomex.gob.mx
D.R. © Universidad Autónoma del Estado de México
Instituto Literario núm. 100 ote., Col. Centro
C.P. 50000, Toluca, México


ALTAR A LA VIRGEN DE LOS DOLORES


ALTAR A LA VIRGEN DE LOS DOLORES
Julio Víctores Espinoza


CONTEXTO
Representado en la Parroquia de Santo Toribio Obispo de Astorga, ubicado en el municipio mexiquense de Papalotla, el monte es un recurso didáctico evangelizador semejante a las posadas y las piñatas. El arte monumental al igual que los hermosos retablos, “capturan” la atención de los fieles católicos o visitantes al templo y les “enseña” algo, la Virgen María y el mismo Jesucristo al estar en su cima nos muestran cómo realizar una ofrenda, nos señalan el camino espiritual.
La conmemoración religiosa a la Virgen de Dolores es una tradición que se remonta a la época de la conquista y que hoy se mantiene vigente, el altar a la Virgen de los Dolores que se instala el viernes anterior al Domingo de Ramos, con el que inicia la Semana Santa.  El Viernes de Dolores fue establecido en el calendario litúrgico para reflexionar sobre los sufrimientos de la madre de Jesús, en este día se conmemoran los siete dolores que vivió la Virgen María durante la pasión y muerte de su hijo Jesús. 
La Virgen María es representada en el catolicismo de maneras distintas denominadas advocaciones, entre ellas la “Purísima Concepción” o la “Virgen de Guadalupe”. En “la anunciación” el ángel Gabriel es enviado a Nazaret para comunicar a una joven llamada María (ya comprometida con José, de la familia de David) que daría a luz a un hijo, a quien pondría por nombre Jesús que significa “Yavhé salva”. La importancia de este pasaje bíblico radica en que el “sí” de María hace posible la obra salvadora de Dios, no se trata sólo de concebir, sino de aceptar el destino y la misión que tendrá Jesús.
El sacrificio de Jesús es tan importante como el de su madre y coloca a la Virgen en lo más alto de la confianza en Dios, de la Fe y como ejemplo para todas las generaciones. “El monte” se edifica para recordarle al pueblo el sacrificio de la Virgen María en su advocación “de los Dolores”.
En Semana Santa, la Virgen de los Dolores, representa a una Virgen María que sufre ya que su hijo tendrá una muerte de cruz. Ambos, La Virgen María y Jesús de Nazareth, son los personajes principales del “altar de la Virgen de los Dolores” denominado también “el Monte”.
En este contexto es en cual se utiliza la parte del frente al retablo mayor de la Parroquia de Santo Toribio, Obispo de Astorga para construir con ramas de pino entretejido y adornado con sembrado de trigo, naranjas, uvas y piñas  un “Monte” cuya función obedece a los servicios de  Semana Santa. Por un lado, inicia la conmemoración del viernes de Dolores, con la Virgen en la cima del Monte. Posteriormente dará lugar a la crucifixión de Cristo, luego a la adoración de la Cruz y finalmente a la resurrección.
El  “monte” se construye con madera, lazos, ramas de pino y adornado con naranjas, piñas, ceras, banderines y figuras religiosas que cambian según el día santo que se representa. En sentido simbólico, tiene un enorme valor como reservorio de conocimiento y lugar de crecimiento espiritual.
ORIGEN
La Virgen de Dolores, tiene su origen en la ciudad de Florencia, en Italia durante el siglo XIII. Se ha documentado que el culto a la Virgen Dolorosa tuvo desde sus inicios a los evangelizadores franciscanos. La tradición de celebrar este día data aproximadamente de 1413, fecha en que se decide consagrar en la ciudad de Colonia, Alemania, el sexto viernes de la Cuaresma a los dolores de la Virgen. Luego, ésta se adapta a México y se le da un toque distinto que es montar un altar a la Virgen de Dolores en este caso denominado “El Monte” en Papalotla, estado de México.
La colocación de altares es un ejemplo de la fusión entre la religión prehispánica y colonial, fenómeno eminentemente social de muy antiguas raíces, que da como resultado una mezcla de ideas y conceptos para la creación de representativos altares, en este caso, el que se coloca para el Viernes de Dolores.
Se trata como en el caso del templo y sus arcadas, de un sincretismo religioso entre los indígenas y la ideología católica. Por una parte, la montaña en México era considerada un lugar sagrado y para la ideología europea también simboliza el lugar donde se tiene contacto con Dios. Al igual que en el pasaje donde Moisés levanta la serpiente de bronce en un poste (ver la Biblia en: Números, cap. 21 versículos del 6 al 9)  para sanar a todo aquel que pueda verlo, representar un “monte” con Jesús crucificado le permite al pueblo contemplarlo y reflexionar sobre sus pecados.
SIGNIFICADO
El altar de Dolores se compone de la figura de la Virgen de los Dolores al centro, en cestos se colocan toronjas incrustadas con banderitas de papel picado dorado o plateado que aluden a la amargura y semillas germinadas como amaranto, chía, cebada, o alpiste que simbolizan la vida, inmortalidad y esperanza de la resurrección. La imagen de “La Dolorosa muestra un rostro que reflejan sufrimiento, sus manos unidas sostienen un pañuelo blanco, su vestido es morado, el velo blanco representa su pureza y el superior que puede ser azul marino o morado igual que su atuendo refleja un estatus de mujer casada.

El “Monte” tiene siete pisos que representan siete dolores de la virgen:  la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el niño perdido y hallado en el Templo, el encuentro de Jesús y María camino al Calvario, la crucifixión, el descenso de la Cruz y por último, la sepultura de Jesús.
El número siete para el cristianismo significa infinitud, de tal manera que está diciendo que sufrió infinitamente y el color morado para la religión católica es indicativo de tiempo penitencial por lo mismo encarna su sufrimiento.  El trigo geminado representa el cuerpo de Cristo hecho pan, las hierbas olorosas significan hacer menos penoso el camino de la Virgen, las semillas representan la naturaleza y se considera una aportación de la cultura indígena prehispánica a los altares, ya que en algunas culturas del México antiguo, el maíz era considerado carne del hombre. Las naranjas agrias con banderitas de papel picado aluden a Eva quien pecó al probar la manzana, fruto prohibido y evoca a la Virgen que venció el pecado al aceptar el sufrimiento. Las banderitas son festivas y mitigan el dolor e indica el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado. Las ramas de pino se asocia a la naturaleza con el color verde que simboliza al campo dando frutos y al sacerdote quien administra los sacramentos para hacer florecer el espíritu.
Canción Devota a la Virgen Santísima de los Dolores
Salve, mar de penas
Salve, triste Madre
Salve, fuerte pecho
Dolorido, Salve.
Oh roquel lloroso
Oh sentida Madre
Tus hijos te llaman
Gimiendo en el Valle
Salve mar
Oh afligida Aurora
Do irá que descanse
Tu memoria triste,
Por las crueldades
Salve mar
Oh siete Dolores!
Oh pecados nuestros
Oh penalidades! 
Referencias Bibliográficas:
La Biblia Latinoamericana. Editorial Verbo Divino. 60ª Edición. España, 1995.
Símbolos, rituales religiosos e identidades nacionales: los símbolos religiosos y los procesos de construcción política de identidades en Latinoamérica/ Renée de la Torre… (et.al) compilado por Aldo Rubén Ameigeiras. 1ª. Edición Ciudad Autónoma de Buenos Aires. CLACSO, 2014.